China posee un sistema de penalización muy severo en contra de la corrupción en donde el partido comunista actúa como poder judicial, habiendo claramente una falta de separación entre los conceptos de política y legislación.
Este país adopta un sistema democrático parlamentario en donde el poder radica en el pueblo, representado en el parlamento nacional, llamado congreso del pueblo.
La necesidad de seguridad jurídica derivada de las reformas de la década de 1980, llevaron a una revalorización y fortalecimiento del poder judicial y de la profesión de abogado. Estos últimos están organizados en una asociación nacional llamada Abogados de Toda China que agrupaba en 2006, a unos 120.000 abogados, que reciben una remuneración fija. En el proceso penal los jueces deben atenerse estrictamente a la ley, en tanto que en el proceso civil, los jueces están habilitados para hacer uso de la analogía.
China por un lado posee un derecho basado profundamente en el comunismo, y un sistema económico que tiende al capitalismo, pero basado en el socialismo. ¿Cómo es posible que tres corrientes tan distintas rijan un mismo país? La clave está es su sistema de derecho, en su legislación que apunta al bien común, comprediendo así, su nesecidad de exteriorizar sus relaciones económicas abarcando un modelo basado en el capitalismo en donde se han insertado al libre mercado, teniendo tratados de libre comercio con varios países como por ejemplo Chile.
Sin duda la necesidad de crecer económicamente llevó al país a implantar de manera lenta un sistema económico opuesto al de sus ideologías políticas, manteniendo un equilibrio admirable de dos doctrinas muy diferentes pero que conviven perfectamente en un mismo país. Esto refleja el gran nivel cultural que posee la población China y su capacidad de tolerancia y respeto que tal vez en otro Estado no resultaría como lo es en dicho país.
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